La presidenta saliente de Chile, Michelle Bachelet, calificó de enorme la magnitud de los daños causados por el terremoto y dijo que el país necesitará al menos tres años para reconstruir las zonas afectadas. El movimiento telúrico, de 8,8 grados en la escala de Richter, deja hasta el momento un saldo preliminar de más de 800 muertos, una cifra no precisada de desaparecidos, 500 mil viviendas destruidas y dos millones de damnificados.
Se trató del segundo terremoto en intensidad de la historia chilena, después del ocurrido en 1960 en la sureña provincia de Valdivia, de 9,5 grados en la escala Richter y considerado el mayor registrado en el mundo.
El Secretario general de Naciones Unidas dijo que hasta ahora las carencias principales radican en vivienda, sanidad, hospitales de campaña, generadores eléctricos y comunicaciones. Para esa labor, la ONU y el gabinete del presidente electo de Chile, Sabastián Piñera, acordaron crear un grupo de trabajo para precisar los detalles y cantidades de la asistencia.
Los datos oficiales más recientes fijaron en 30 mil millones de dólares los daños materiales. Asimismo, cerca del 50 por ciento de los chilenos vivía en las zonas devastadas, declaradas en Estado de Excepción y Catástrofe por la presidenta Michelle Bachelet.
Durante su estancia en Chile, el máximo responsable de la ONU anunció la entrega de 10 millones de dólares del fondo de emergencia de la organización para apoyar los esfuerzos de recuperación de los chilenos.
“Hay diversas áreas en que el gobierno chileno quiere contar con apoyo específico de la comunidad internacional”, explicó Ban luego de una visita de dos días al país suramericano y a las áreas más dañadas por el seísmo que afectó desde el puerto de Valparaíso hasta Concepción, la segunda ciudad del país, ubicada 500 kilómetros al sur de la capital.
Concepción cambió de lugar
Según un estudio preliminar llevado a cabo por científicos de varias universidades en Estados Unidos y Chile, el sismo movió a Concepción -la ciudad más cercana al epicentro- tres metros hacia el occidente. El terremoto tuvo dimensiones tan grandes -dicen los científicos- que logró cambiar de sitio a ciudades tan alejadas como Fortaleza, en el norte de Brasil.
La investigación fue llevada a cabo por científicos de las universidades del estado de Ohio, Memphis y Hawaii, y el Instituto de Tecnología de California en Estados Unidos, y la Universidad de Concepción y el Centro de Estudios Científicos en Chile.
Los investigadores analizaron las mediciones de las estaciones de GPS ubicadas en la región y descubrieron que, además de Concepción, Santiago se movió unos 27 centímetros hacia el suroeste, Buenos Aires unos 2,5 centímetros hacia el oeste y también hubo “movimiento significativo” de otras ciudades como Valparaíso en Chile y Mendoza en Argentina.
Los datos del movimiento de las ciudades fueron obtenidos comparando la ubicación precisa de las estaciones antes del terremoto con su ubicación después del sismo. Los científicos contaban con estaciones de GPS en la región porque éstas forman parte de un proyecto que están llevando a cabo desde 1993 para medir el movimiento de la corteza terrestre y la deformación de los Andes centrales y australes.
“Al volver a ocupar las estaciones de GPS existentes pudimos determinar el desplazamiento que ocurrió durante el terremoto”, explicó Mike Bevis, profesor de Ciencias de la Tierra de la Universidad del Estado de Ohio, quien dirige el proyecto de los Andes.
“Con la construcción de nuevas estaciones, el proyecto puede monitorear las deformaciones postsísmicas que se espera que ocurran durante muchos años, lo cual nos ofrece nueva información sobre la física del proceso de un terremoto”, afirmó el investigador.
El quinto más poderoso
Los científicos consideran que el terremoto de Chile es el quinto más poderoso que ha sacudido a la Tierra desde que están disponibles los instrumentos científicos para medir los cambios sísmicos.
El epicentro del terremoto ocurrió en una región de América del Sur conocida como el “cinturón de fuego del Pacífico” una zona donde se ubican varias placas tectónicas que están en permanente fricción y acumulando tensión.
El terremoto ocurrió cuando la placa de Nazca se deslizó por debajo de la adyacente placa de Sudamérica, liberando la tensión geológica que se había acumulado en las zonas convergentes. Según los científicos, el evento -aunque trágico- ofrece una oportunidad única para entender mejor los procesos sísmicos que controlan a los terremotos.
“El terremoto de Maule será uno de los más importantes grandes terremotos que se han estudiado"”, afirmó el profesor Ben Brookes, investigador de la Escuela de Ciencias del Océano y de la Tierra de la Universidad de Hawaii, quien también participa en el proyecto de los Andes.
“Hoy contamos con instrumentos precisos y modernos para evaluar este tipo de eventos y como el terremoto desplazó a un continente ahora seremos capaces de obtener muestras espaciales densas de los cambios que causó”, concluyó el científico.
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