Dicen los ancestrales indígenas que la naturaleza está muy disgustada con el hombre por la forma en que la ha ofendido. El aire, el agua y el suelo, están contaminados y el ser humano mantiene un modelo de vida que es el camino seguro a su desaparición. Explican que por ello, fenómenos como huracanes, tsunamis, terremotos, pestes, sequias y la misma guerra, es la forma como el planeta resolverá el problema con el ser que ha osado agredirle.
La Biblia por su parte, en Revelación o Apocalipsis, cuenta que a la humanidad le espera una devastación sin precedentes y solo aquellos que están en el sendero de la verdad tendrán la oportunidad de salir airosos y en el juicio, se podrá saber quiénes pueden seguir disfrutando del planeta vuelto un paraíso, donde las relaciones humanas estén basadas en un gobierno que no será humano, el cual garantizará la eternidad.
Sea una o las dos versiones ciertas, por algo están escritas, o sea han perpetuado en la tradición oral, indicando que definitivamente, estamos equivocados. El camino que hemos escogido no ha sido precisamente el del ser sino el del tener y en ese esquema la sociedad está haciendo un harakiri con su existencia.
El proyecto de Ecosociedad, busca realizar una reflexión continua en cada uno de nosotros y replantear lo que somos y lo que hacemos con nuestra vida, con nuestros semejantes, con la naturaleza, y la manera en que disponemos de lo que tenemos socialmente, para ayudar a quienes lo requieren.
Sin posar de espiritualistas o cristianos, lo cual debe ser, es necesario que lo que tiene el Estado, es decir lo que es público, sea distribuido de manera más equitativa y el que tiene dé y el que no tiene reciba y su proyecto de vida esté enfocado a su crecimiento como ser social económico, cultural y espiritual.
El capitalismo está en su fase superior y tendrán que venir, no un capitalismo humano, sino un humanismo que socialice el capital, o sea el patrimonio social, es decir el Estado. Hacia allá va el proyecto de Ecosociedad.
Este proyecto no es personal, es colectivo, y solo es posible con su participación.
Artículo del periódico sxxi.net - edición 54
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